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Grafikalismos es la colección de ensayos sobre el cómic de la Universidad de León y Eolas ediciones que se inició con Bernie Wrightson: La expresión del Horror (Yexus) y que ahora continúa con  dos nuevos títulos Diez ensayos para pensar el cómic,(Ana Merino), del que ya os hablaremos, y el que hoy nos ocupa, Imágenes de la enfermedad en el cómic actual, de Inés González Cabeza (León, 1993), que está realizando su tesis doctoral sobre cómic y enfermedad.

"Este libro es una aproximación al tema de la enfermedad en el mundo del cómic -asegura Inés- dirigido tanto a aficionados al medio como a aquellos que habitualmente no leen cómics. Es una perspectiva general acerca de las posibilidades del cómic para narrar un tema que cuenta con una larga historia en la literatura y en las artes. Es también una propuesta para ver el cómic desde una óptica interdisciplinar".

Aunque suene raro, la enfermedad puede ser una fuente de inspiración para los artistas. "Se podría decir que la relación entre cómic y enfermedad -comenta Inés- viene propiciada por la consolidación de lo que habitualmente llamamos “novela gráfica”. Solo en un contexto de absoluta libertad creadora pueden los autores proponernos historias sobre enfermedad, que suelen ser por definición intimistas, ligadas al ámbito de lo cotidiano y lo traumático".

"La enfermedad -continúa- no es solo un fenómeno biológico, sino también una interrupción en el curso narrativo de nuestras vidas. Por eso numerosos artistas a lo largo de la historia han encontrado en la enfermedad, propia o ajena, un motor para la creación, porque se topan con la necesidad de dar sentido a esa interrupción y de redefinir todo un plan de vida. El cómic es un medio artístico más que puede servir para la catarsis, pero también para compartir experiencias y para derrocar mitos en torno a la enfermedad".

Cómic y enfermedad
Pero... ¿Cómo ha representado la enfermedad el Arte en general y el cómic en particular? "Existen estudios académicos -afirma Inés- acerca de la iconografía de la enfermedad, es decir, el conjunto de imágenes que componen nuestra percepción cultural de la enfermedad, que dicta cómo la imaginamos, con qué conceptos la asociamos, y cómo tendemos a representar a aquellos que etiquetamos como “enfermos”. Se dice que esta iconografía, que la mayoría de nosotros, incluidos los creadores del cómic, asumimos de forma inconsciente, es en parte responsable de la existencia de determinados estereotipos acerca de la enfermedad que tienen una influencia negativa en la forma en que la comprendemos y en la experiencia de quienes la sufren".

"Coincido -añade- con la opinión de Ian Williams (autor de cómics y teórico de la patografía gráfica), que asegura que los cómics suelen proponer representaciones de la experiencia de la enfermedad alejadas de la iconografía y del discurso clínico oficial, por lo que pueden realizar una contribución positiva al imaginario colectivo".

"El cómic sobre enfermedad -concluye Inés- es un fenómeno heterogéneo, así que existen casi tantas formas de representar la enfermedad como autores que escriben y dibujan sobre ella. En el libro, hablo fundamentalmente de cómo se representa la enfermedad a través de recursos como la metáfora visual, la perspectiva en primera persona o las viñetas sin texto.

El cómic como herramienta didáctica
El cómic también puede ser una herramienta didáctica para que los pacientes comprendan o asimilen mejor su enfermedad. "Los miembros de los colectivos Graphic Medicine y Medicina Gráfica -asegura Inés- apuestan por el uso de cómics en el entorno clínico y han demostrado su utilidad como herramienta didáctica empleándolos en cursos y asignaturas universitarias en facultades de medicina, o dando charlas sobre enfermedades a audiencias no especializadas en las que utilizan cómics para ilustrar sus ideas, entre otras cosas".

"Es indudable -añade- que existen profesionales médicos que encuentran que los cómics pueden ser un medio para reflexionar acerca de la práctica de la medicina y de la experiencia de la enfermedad desde el punto de vista del paciente. Además, muchas personas que conocen la enfermedad de primera mano se sienten atraídas hacia la lectura de cómics que relaten una experiencia similar a la suya de forma sencilla, concisa o, incluso, humorística".

Inés nos comenta cómo ha estructurado el libro: "Primero he querido mostrar que el cómic es otro medio más que en las últimas décadas se ha empleado para narrar la enfermedad, por lo que merece la pena analizar de qué forma la ha narrado. Luego, he procurado demostrar el carácter internacional del cómic sobre enfermedad y su relación con la llamada “novela gráfica”. Más adelante, he decidido destacar el papel fundamental que ha jugado Arrugas (Astiberri) en el hecho de que hoy en España tengamos la posibilidad de leer decenas de cómics sobre enfermedad. Finalmente, he considerado importante proponer un ejemplo de representación de la enfermedad radicalmente diferente a Arrugas (Psychiatric Tales, de Darryl Cunningham) para ilustrar en mayor profundidad la heterogeneidad de este fenómeno".

'Arrugas', el cómic que lo cambió todo
Inés destaca la importancia del cómic Arrugas (Paco Roca, 2007), al que considera un ponto de inflexión el cómic en España. "Los propios Paco Roca y Miguel Gallardo mencionan en Emotional World Tour que, durante las firmas de libros, sus lectores les hablaban acerca de cómo sus cómics les habían ayudado a ellos y a sus familiares a lidiar con situaciones como las que en ellos se describen, a hacer que sus amigos comprendieran sus experiencias como cuidadores, etc".

"Parte de la importancia de Arrugas radica, precisamente, en que despertó un repentino interés por el cómic entre gente que no leía cómics de forma habitual, pero que se sentía atraída por esa historia en particular. También pienso que el inesperado éxito comercial de Arrugas, incluso fuera de nuestras fronteras, hizo que las editoriales españolas apostaran más firmemente por cómics que hablaran sobre cotidianidad y sobre enfermedad".

"La capacidad de los cómics para narrar todo tipo de historias -añade Inés- ya estaba sobradamente demostrada cuando Arrugas apareció, pero fue, quizás, el empujón que necesitábamos en España para dar un vuelco a nuestra percepción del cómic como producto cultural. Aun así, queda trabajo por hacer".

'Psychiatric Tales' y las enfermedades mentales
El otro cómic que destaca Inés es Psychiatric Tales (Blank Slate Books), de Darryl Cunningham. "Considero que Arrugas y Psychiatric Tales son dos extremos de un espectro: uno es ficción y el otro no-ficción, uno emplea el color y otro el blanco y negro, uno habla sobre enfermedades geriátricas y otro sobre trastornos que pueden sufrir también los jóvenes, etc. Esto demuestra la heterogeneidad del tema de la enfermedad en el cómic".

"Quiero -añade- destacar también la originalidad de Psychiatric Tales en el panorama global de cómic sobre enfermedad, dado que combina el género del relato clínico (no muy habitual en el mundo del cómic) y la autobiografía sobre enfermedad. Además, habla de la vulnerabilidad de quienes trabajan en el cuidado de la salud y nos muestra dos perspectivas de la enfermedad, la del enfermero y la del enfermo, combinadas en una sola persona. Deseo su pronta publicación en español".

En cuanto a las enfermedades más tratadas por el cómic, son las mentales: "Los problemas de salud mental y las enfermedades neurodegenerativas son, quizás junto al cáncer, las más presentes en el mundo del cómic -asegura Inés-. Esto puede deberse a que los cómics son capaces de representar gráficamente (mediante recursos como las metáforas visuales) el sufrimiento interior de los que padecen este tipo de enfermedades".

"Los cómics -añade Inés- pueden hacer visible aquello que está oculto. Pueden hacernos comprender, gracias a la eficiencia comunicativa de las imágenes, aquello que nadie, salvo quienes lo experimentan en primera persona, puede percibir. Además, puede decirse que en el cómic, un medio con un innegable carácter contestatario, se puede representar aquello que está infrarrepresentado en otros ámbitos culturales, y las enfermedades de la mente son un ejemplo de ello".

Otros títulos imprescindibles sobre cómic y enfermedad
En cuanto a otros cómics sobre enfermedad, Inés destaca: "Creo que una obra fundamental es Píldoras azules(Astiberri), de Frederik Peeters, todo un referente en el cómic europeo sobre enfermedad, junto con Epiléptico de David B. Otro cómic francés realmente interesante es El Paréntesis, de Élodie Durand".

"En el cómic en lengua inglesa -añade-, algunos de mis favoritos son ¿Podemos hablar de algo más agradable? (Reservoir Books) de Roz Chast, porque jamás pensé que leer sobre las enfermedades y dificultades que aparecen en el final de la vida pudiera ser divertido, y Tangles, de Sarah Leavitt, que es probablemente uno de los mejores relatos acerca de cómo la enfermedad trastoca las dinámicas familiares".

"También hay autores españoles que han hecho trabajos imprescindibles, como Que no, que no me muero (Modernito Books), de Javi de Castro y María Hernández Martí, y Alicia en un mundo real (Norma) de Isabel Franc y Susanna Martín, dos historias sobre el cáncer de mama que emplean el humor para desafiar los tópicos sobre los enfermos de cáncer".

Un lilbro muy interesante que demuestra que los cómics pueden ser terapéuticos y derribar mitos sobre la enfermedad.

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