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La historieta es nuevamente el objeto de todas las atenciones en la pequeña ciudad de Angulema donde se abrió este jueves el 47° Festival Internacional de la historieta. Una cita que este año reviste especial importancia para el sector: por un lado, el festival inaugura el Año de la BD en Francia, decidido por el ministerio de la Cultura. Por otro, Angulema puede jactarse de haber sido declarada la “Capital mundial de la historieta” por la Unesco.

Sin embargo, los autores de historietas han aprovechado la ocasión para denunciar una vez más la gran precariedad de la que son víctimas. La mayoría de los dibujantes gana menos del salario mínimo mientras que un tercio viviría bajo el umbral de pobreza. Una situación paradójica pues la historieta es de los sectores más rentables y dinámicos de la edición: en Francia se vendieron cerca de 44 millones de álbumes en 2018, lo que generó ganancias por más de 270 millones de euros.

El jueves, el presidente Emmanuel Macron estuvo en Angulema para participar en la jornada inaugural, visitar dos exposiciones y reunirse con un grupo de autores de historietas. Fue la primera vez en más de 30 años que un mandatario francés participaba en esta manifestación cultural. Sin embargo, la presencia de Macron no calmó los ánimos. Unas 200 personas protestaron en las calles contra el presidente y el escaso apoyo de su gobierno a la promoción de la edición.

No obstante, el ministro de la Cultura francés, Franck Riester anunció que en febrero dará a conocer los resultados de un estudio sobre el sector así como 23 recomendaciones para mejorar la remuneración de los artistas-autores.

Mientras, el Festival Internacional de la historieta seguirá su curso hasta el domingo, con encuentros, demostraciones y exposiciones, a los que se suma la entrega el sábado del premio Fauve d’or al Mejor álbum de historieta del año.

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