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Lo que en los años setenta parecía un sueño inalcanzable para los dibujantes de cómic españoles es hoy una realidad: su huella creativa puede rastrearse en las viñetas de los grandes superhéroes como Batman, Spiderman o Superman. Más de medio centenar de dibujantes en España están trabajando para el mercado americano, algunos de ellos, incluso, para las míticas «majors» Marvel y DC Comics, creadoras de un universo de superhéroes que consumen millones de personas en todo el mundo.

Una veintena de ellos son andaluces y entre ellos se encuentra el gaditano Carlos Pacheco, que además de ser uno de los primeros en introducirse en ese mercado en los años noventa, está considerado como uno de los grandes creadores contemporáneos, como demuestra su paso por DC y Marvel, su actual casa, y haber dibujado iconos de la cultura popular como Superman, Batman, Los Vengadores, La Patrulla X...

Tras sus pasos, trabajan para los grandes sellos Jesús Merino, Gabriel Hernández, Juan José Ryp, Rafa Sandoval, Jorge Jiménez, Javier Fernández, Agustín Padilla... por solo citar a algunos que muestran el camino abierto por Pacheco en los noventa. La inmensa mayoría trabaja para el mercado de superhéroes y lo hacen desde España, en contacto con las editoriales gracias a las nuevas tecnologías de la información, dejando atrás los envíos por mensajería y comunicación por fax que conoció Pacheco cuando empezaba.

Pero más allá de esto, afirma este dibujante, «lo que sí ha cambiado» respecto a cuando empezó a trabajar para EEUU es «la confianza del propio mercado a los dibujantes españoles. Los editores no tenían, entonces, la experiencia de trabajar con dibujantes ajenos al ámbito anglosajón, es decir, Estados Unidos, Canadá e Inglaterra. En el tema de los superhéroes, pensaban que los dibujantes de fuera de ese ámbito no tenían ese conocimiento para dibujar ese material con absoluta facilidad. Ahora, en cambio, son los editores los que vienen a los salones del cómic en busca de talento». Esto signfica, por otra parte, «una gran competencia con el resto del mundo y entre los propios españoles».

¿Por qué ese interés del mercado americano en los dibujantes españoles? La respuesta la aporta uno de los mayores expertos sobre cómic en Sevilla y, actualmente, gerente del ICAS, Francisco Cerrejón. «Posiblemente, el país con más autores trabajando para Estados Unidos es España, porque siempre hemos tenido una cantera de autores de primer nivel internacional, pero muy poca industria». «No hay una industria real, hay pequeños esfuerzos muy loables y quien puede vivir del mercado español, pero eso no crea industria. La mayoría de autores necesitan compaginar esta actividad con, por ejemplo, dar clases. Las cifras de ventas no son suficientemente razonables. Se ha optado por una línea más artística y se ha abandonado el interés de la gran masa», añade Pacheco.

Mejor pagados que en España
Esa falta de idustria hizo que el sevillano Diego Galindo tratara de introducirse en el mercado americano cuando llegó la crisis. Entonces este licenciado en Bellas Artes por la Hispalense abandonó la pintura por falta de mercado y se le pusieron las cosas cuesta arriba como profesor interino en la Universidad. «Primero pensé en el mercado nacional, pero te pagan muy poco, no te da para vivir. Aquí del cómic pueden vivir cuatro autores que llegan al público que no es tradicional del cómic. Vender 4.000 ejemplares es una pasada en España, pero una cifra habitual en EEUU. Por un tebeo de 22 páginas puedes ganar del orden de 1.200 euros para arriba y te da para vivir porque te haces uno al mes. Aquí te haces un tebeo de ochenta páginas, para el que estás seis meses trabajando, y te dan un anticipo de 1.000 euros».

Trabajar para el mercado americano significa, señala Cerrejón, hacerlo para «una industria cultural similar al cine, es decir, trabajan con franquicias de los personajes». ¿Qué margen de creatividad queda entonces? «Está, sobre todo, en el aspecto gráfico. Por ejemplo, si un personaje muere, no es decisión del guionista, sino editorial. Con todo, se producen ejemplos de creación potentes». Pero esas limitaciones pueden ser un acicate. Galindo, que ha publicado en IDW y que trabaja ahora junto al guionista Elliott Serrano, en «Army of Darkness: Ash for President», un especial para las elecciones americanas, afirma que «casi siempre, cuando tienes todos los recursos para ser creativo, no lo eres tanto. Cuando te limitan, hacen que te busques la vida para diferenciarte. A veces, el guión son cuatro apuntes, así que interviene muchísimo tu creatividad».

Una industria por crear
Junto a estos dibujantes también destaca la figura del malagueño Juan Antonio Torres, más conocido como El Torres, ya que los editores de Estados Unidos están interesados solo en dibujantes. De hecho, el malagueño es el único guionista que trabaja regularmente en este mercado, tras haber publicado con gran éxito IDW en 2009 «The Veil», dibujado por Gabriel Hernández. Además, El Torres fundó Amigo Cómics en 2012, con el que edita en inglés en Estados Unidos. Y eso, sin descuidar el mercado español, donde lanzó «El fantasma de Gaudí», con guión propio y dibujos de Jesús Alfonso Iglesias, que se llevó el premio a la mejor obra nacional en el último Salón del Cómic de Barcelona.

Sobre su situación como editor en EEUU, El Torres reconoce que «soy una rareza por mi escaso potencial económico, ni llegamos a pyme. Pero me extraña por qué ninguna editorial española edita allí, porque se puede crear una industria. En mi caso, propuse a las editoriales independientes distribuir mis propios comics allí. Funciono por miniseries, como «Rogues!» y otras centradas en el terror. Ninguna ha sido un gran bombazo de ventas, pero sí de crítica, con seguidores poquitos pero muy fieles y exigentes. Siempre tenemos pequeños pedidos, no son tebeos con fecha de caducidad».

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