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Los que ya tenemos una edad recordamos con cariño a Pumby, un gato valiente y decidido creado, en 1954, por José Sanchis Grau (Valencia 1932 -2011), que fue uno de los personajes preferidos de los niños durante casi 30 años (1955 -1981). Pero la práctica desaparición de los tebeos infantiles en los 80, la lucha de su autor por los derechos del personaje y el desinterés general por nuestra cultura tebeística, ha abocado a este felino casi al olvido.

Afortunadamente ahora la editorial Dolmen ha empezado a recuperar las mejores aventuras del personaje, dentro de su línea de clásicos Fuera Borda, con un primer volumen titulado Pumby: El origen de super Pumby y otras historias. En el que podemos leer la primera aparición de Pumby, cuando no tenía nombre, y sus primeras aventuras junto a sus amigos Blanquita y el profesor Chivete, su transformación en Super Pumby y sus viajes al centro de la Tierra, al Reino del Reloj y a otros mundos de fantasía como Matematicolandia o Paraguaburgo.

Historias en las que destaca la imaginación desbordante de su autor, con escenas casi surrealistas, y un humor alocado; pero siempre dentro de historias de aventuras que nos recuerdan a los grandes clásicos del cómic que Sanchis devoraba como aficionado.

Destacar la calidad de la edición, escaneada de las páginas del coleccionista Javier Torres Herrera, que han sido restauradas, viñeta a viñeta, para respetar al máximo la versión original. Y los extras del cómic, con interesantes artículos y numerosas ilustraciones y documentos sobre Pumby y su creador.

Influenciado por Mickey Mouse


El tomo se abre con la primera historieta de Pumby, titulada Un Perrero con Mucha Vista, que solo tenía una página y en la que el gato si siquiera tenía nombre. Apareció en el número 260 de Jaimito (1954). A partir de abril de 1955, sus aventuras vieron la luz en su propia revista, Pumby, que compartía con otros personajes.

Desde su primera aventura, Pumby ya muestra sus características casi definitivas: "Es un gato negro con hocico blanco de grandes ojos y orejas puntiagudas. Lleva un gran cascabel colgado del cuello y pantalones cortos, que en su primera aventura eran verdes pero que a partir de entonces serían rojos. Su aspecto recuerda mucho al Mickey Mouse original. Y es que Sanchis era un gran admirador de la obra de Walt Disney.

De hecho, las primeras aventuras del gato fueron historietas cómicas de una sola página, muy parecidas a las de Disney. Pero enseguida Sanchis se dejó llevar por su admiración por los clásicos del cómic de aventuras y metió a Pumby en historietas de ese tipo, cada vez más largas y en las que demostraba una imaginación desbordante.

Pumby vive en Villa Rabitos, una ciudad poblada por animales de todos los pelajes Y sus mejores amigos son Blanquita (un personaje femenino fuerte e independiente, muy avanzado a su época) y el Profesor Chivete (un gran inventor). Y durante sus aventuras viajarán a lugares a cual más fantástico, como Jauja, la Corte del Rey Canguro, el Reino Musical, el Mundo de los Sueños... Y se enfrentará a temibles villanos como el Doctor Mekano, el Generalito de la Antipodesia, o el Doctor Chirivía, que al final no serán tan malos y en muchas ocasiones acabarán haciéndose amigos de Pumby.

De 'Alicia en el País de las Maravillas' a 'Superman

En estas primeras aventuras también son patentes las influencias de clásicos de la literatura como Viaje al centro de la tierra (Julio Verne, 1864) o Alicia en el País de las Maravillas (Lewis Carroll, 1865), obra de la que Sanchis imitará su humor surrealista que acabará convirtiéndose en una de las constantes de la colección. Lo que la hacía su lectura muy atractiva también para los adultos.

Una de las historias se llama incluso Surrealandia, dejando muy claras sus intenciones. Y en otra de ellas, El reino del reloj, Pumby seguirá los pasos de Alicia internándose en un mundo que nos recuerda mucho al de Carroll y en el que acabará convertido ¡en un timbre! (por no mencionar a esos soldados romanos ¡numerados con números romanos!)

Lo más sorprendente es que, a pesar del inocente aspecto de sus aventuras, Sanchis se las arreglaba para meter alguna crítica velada a la situación de España, en un momento en que la censura era todopoderosa.

El enorme éxito del personaje hizo que en 1959 se publicara Super Pumby, una de las primeras parodias de Superman, que contaría con su propia revista. Pumby adquiría sus poderes cuando tomaba zumo de naranja, como no podía ser de otra manera. Este volumen también recoge la primera aventura de Super Pumby.

Sanchis llegó a realizar 1204 números de la cabecera principal de Pumby, casi cincuenta almanaques y números extraordinarios y otros tantos libros ilustrados. Miles de páginas que son un auténtico tesoro del cómic español y que  prácticamente no habían vuelto a reeditarse; lo que nos da una idea de la importancia de esta edición que podemos calificar de "histórica".

En el prólogo del libro, el periodista y crítico de cómics Álvaro Pons dedica estas acertadas palabras a la reedición de Pumby: "El único calificativo posible para el Pumby de José Sanchis es el de obra maestra. De las grandes, de las universales, de esas que exceden su tiempo para resultar inmortales. Aunque, por desgracia, también se le puede poner el adjetivo de olvidada y desconocida. Recuperarla es reivindicar no solo una época de nuestra historia y a un autor descomunal, es apostar por la presencia continua de un patrimonio cultural que nunca se debe perder, por unos tebeos que forman parte no solo de la educación sentimental de un país: son nuestra cultura".

Un creador inolvidable

Nacido en Valencia el 12 de junio de 1932, con sólo 12 años Sanchis entró en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios y enseguida presentó muestras a la editorial Valenciana, para la que colaboraría durante 30 años

Para esa editorial creó personajes como El soldadito Pepe y El Capitán Mostachete (para la revista 'Jaimito'). Y posteriormente Pumby, Super Pumby, Record Boy y Don Esperpento. Otra de sus creaciones más recordadas es Robin Robot (1972-1986), ya para la editorial Bruguera.

A finales de los 70, con el declive del cómic infantil y juvenil, serializó conocidas películas como Mazinger Z, el robot de las estrellas, o Supersonic Man.

En 1997 recibió el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona por su producción global y objeto de estudio en las últimas décadas por su influencia en generaciones posteriores de dibujantes.

Por cierto que, como otros grandes autores de la época (Ibáñez, por ejemplo), Sanchis tuvo que pelear en los tribunales por los derechos de Pumby, ya que la editorial registró el personaje a su nombre sin pedirle permiso. No fue hasta 1999, cuando el tribunal le dió la razón frente a los herederos de Editorial Valenciana.

Cuando murió, en 2011,  el también valenciano Javier Mariscal reivindicó su importancia como uno de los grandes referentes de la historieta: "El Pumby de José Sanchis es uno de los mejores tebeos que se ha hecho en la historia de España", aseveró.

Para saber más sobre Sanchis, os recomendamos el único estudio serio que se ha hecho sobre el autor: Pumby. La fantasía Infinita escrito por Antonio Busquets y editado por la Diputación de Valencia con motivo de la gran exposición del mismo título, que se celebró en 1988 y que recorrió, con gran éxito, varias poblaciones valencianas.

Como guinda de esta noticia os recomendamos el programa de la serie Humoristas gráficos y dibujantes de historietas (2007) dedicado a José Sanchis, con una larga entrevista en la que el autor recuerda cómo nacieron sus principales personajes y veremos curiosidades como imágenes de los dibujos animados de Pumby, de los que casi nadie se acuerda ya.

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