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Es uno de los grandes divulgadores y teóricos del cómic, pero si Ángel de la Calle (Salamanca, 1958) figura como invitado en esta edición del festival del cómic de A Coruña es por su última obra, Pinturas de guerra, premiada en el Salón del Cómic de Barcelona. Un estremecedor relato sobre los artistas supervivientes de los campos de la muerte de las dictaduras del Cono Sur que está llamado a convertirse en un clásico imprescindible de la historia del cómic español. Hoy a las 19.30 horas hablará sobre esta obra en el Kiosco Alfonso.

-¿Hasta qué punto la imposición del formato novela gráfica en el cómic ha favorecido la aparición de obras de carácter más adulto como la suya?

-Yo no diría que se trata de un cómic que busque a un lector adulto, sino a un lector más cultivado. Este medio, la viñeta, que ha estado más de cien años sumergido en las publicaciones infantiles, es un lenguaje que puede contar historias más comprometidas. Pero es cierto, la novela gráfica ha abierto el cómic a nuevos lectores y mercados. Antes el cómic era algo que te acompañaba hasta los 16 años. Este formato ha permitido que otros lectores, diferentes a los habituales, se interesen por el cómic. Ha dado cabida a nuevas historias más ambiciosas, o a la crónica periodística, como hace Joe Sacco.

-¿Cree que es un formato válido para la crónica periodística?

-Es un formato perfecto, porque tú no puedes entrar en Corea del Norte con una cámara de fotos, pero sí con una libreta para tomar apuntes de lo que ves, como hizo Guy Delisle. Me pasó cuando quise entrar en la Escuela Mecánica de la Armada en Argentina para ver cómo era el campo de la muerte de la dictadura. Me dijeron que no era un parque temático y que no podía hacer fotos. Pero no me dijeron nada sobre mi libreta y mi lápiz.

-¿Puede abordarse cualquier temática desde el cómic?


-No tiene límites. Mira Logicomix, uno de los libros más vendidos en Francia, en el que se tratan temas como la filosofía, la matemática y la economía a través de la historia de Bertrand Russell. Pero lo más maravilloso de este lenguaje es que solo tiene poco más de cien años de historia, así que se nos permite la vanguardia, cosa imposible en otras artes a las que les han dado ya doscientas veces la vuelta. Aquí está todo por construir.

-Publicó en revistas como Zona 84 o Comix Internacional. ¿Echa de menos aquel formato?


-Se trata distintos modos de leer cómic. No es lo mismo leer un libro de un tirón que unas páginas a la semana o al mes. Y como autor, la mayor diferencia es que cuando te metes a hacer un libro como Pinturas de guerra son años de trabajo en los que no tienes contacto con el lector, mientras que antes sabías si estaba gustando semana a semana.

-Ha cambiado mucho el cómic...

-Sí, pero los cambios más relevantes han sido la irrupción de la mujer como lectora y como autora y, sobre todo, que el cómic se ha ido del quiosco a la librería. Ha trascendido de la cultura popular a la cultura sin calificativos.

-Es responsable de las actividades de cómic de la Semana Negra de Gijón. ¿Cómo ve Viñetas desde o Atlántico?

-Aquí los autores son el centro de todo, cosa poco habitual. Y lo más maravilloso es la aceptación popular. Hay mucha más gente en las exposiciones de Viñetas que en las del Salón de Barcelona, y eso es flipante.


En la inauguración del salón de cómic de A Coruña, su director, Miguelanxo Prado, se refirió a Xosé Tomás como parte fundamental del festival durante años y «unha débeda histórica que se salda este ano». Y es que el autor está por fin entre el plantel de invitados, con exposición propia en Palexco, después de haberse encargado en numerosas ediciones de los talleres didácticos sobre el lenguaje del cómic que se impartían en Viñetas desde o Atlántico, auténtica cantera de talentos: «Entraban los niños siendo aficionados a la historieta y salían siéndolo un poco más. Es algo fundamental de Viñetas, que está a pie de calle y genera futuros lectores y, con suerte, futuros autores», explica Xosé Tomás, que presenta en esta edición el primer tomo de Animalia, «una serie de humor en la que utilizo a animales para contar los vicios y excesos del ser humano, lo que nos permite reírnos más libremente de nosotros mismos». Se trata de una serie para público infantil y juvenil, «aunque con una lectura adulta también», advierte el autor.

Preguntado sobre cómo se ve Viñetas desde o Atlántico desde el otro lado, como autor invitado, Xosé Tomás quiso destacar «el mimo que tienen los organizadores con las obras de los invitados, cómo valoran las páginas y cómo las tratan, con una profesionalidad y un cariño exquisitos».

Encuentro con los aficionados

Esta tarde estará a las 18.15 en el Kiosco Alfonso en un encuentro con los aficionados en el que hablará sobre su experiencia como ilustrador y como autor de viñetas cómicas para La Voz de Galicia: «Recuerdo un consejo que me dio hace tiempo Siro López. Me dijo que me olvidase de artificios y buscase la chispa, la esencia, porque el lector del periódico pasa por encima de tu viñeta si no le das algo atractivo. Es una experiencia que te ayuda a pensar más rápido y a desarrollar estrategias y recursos para el resto de trabajos», apunta el dibujante.

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