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Mujer. En torno a los 30 y 40 años. Observadoras de lo que les rodea para sacarle punta. Las redes son una herramienta de trabajo para muchas de ellas. Empatizan con los lectores tratando con mucho humor temas cotidianos. El dibujo es su altavoz en el mundo. Éste es el retrato robot de un amplio grupo de ilustradoras, viñetistas, dibujantes, artistas o creativas que han publicado libros gráficos o cómics en los últimos dos años.

Las mallorquinas Enriqueta Llorca, Flavia Gargiulo, Nívola Uyá, Eva Barceló y Margalida Vinyes encajan en el perfil con un proyecto coral que acaba de alzar el vuelo, El terror de las nenas, un recopilatorio de 13 historietas con el punto de vista femenino como denominador común. "Lo que nos diferencia de otras publicaciones sobre temas relacionados con la mujer es la mirada. El enfoque conjunto de las viñetas es el terror. Porque pensamos que en lo cotidiano hay mucho terror", sostienen. Un género que hasta ahora siempre ha gozado de visiones masculinas. "También es terror cuando te pierdes participar en algo porque has de quedarte cuidando a los niños", consideran. "Conciliar es terrorífico", abundan.

El proyecto aspira a convertirse en libro en 2019. De momento, el próximo jueves mostrarán un aperitivo con originales de cinco historietas en el Casal Solleric, en el marco del Festival Còmic Nostrum. "Los lectores verán que no son cómics feministas autobiográficos escritos siempre en relación al hombre. Las protagonistas son mujeres y en sus historias aparecen nuestras angustias y pesadillas, muchas de ellas recurrentes", comentan.

Flavia Gargiulo reflexiona sobre la caducidad del valor social de la mujer. Una historia que bebe de la ciencia ficción y estira del hilo de la cirugía plástica. En Fátima, Enriqueta Llorca da vueltas sobre el trauma enfermizo que sufre la protagonista tras perder a su madre. La hazaña de la primera mujer que corrió un maratón, Kathrine Switzer, se hace cómic con el trazo de Eva Barceló. Margalida Vinyes dibuja una crítica ácida contra la dictadura de la estética a través de Gregoria -guiño a Kafka-, quien tras depilarse sufre una metamorfosis: se convierte en Velluda (título de las viñetas). "Va por las valientes que van sin depilar y han de aceptar la mofa. Arrancarse el pelo duele mucho. Aún me acuerdo de la primera vez que mi madre me depiló con cera y me hizo morder un lápiz para sentir menos dolor", evoca Vinyes. Nívola Uyá incide en un tema tabú en su relato: la pérdida de un feto durante el embarazo, "un hecho que la mujer vive con angustia, culpa y soledad. Luego, cuando hablas en privado con amigas o familiares, te das cuenta de que le ha pasado a muchas mujeres. Es un tema que hay que sacar a la luz", considera la dibujante, en la misma línea que la conocidísima Paula Bonet, quien publicó un libro sobre su doloroso aborto.

El resto de historietas de El terror de las nenas está cogiendo forma en las mesas de estas ilustradoras y dibujantes. Prometen viñetas sobre mujeres invisibilizadas en sus trabajos, sobre la violencia machista, sobre los grupos de whatsapp de madres o sobre las relaciones con la propia vagina a lo largo del tiempo.

La revolución de las mujeres en el cómic no sólo afecta a las temáticas, "también abraza la forma". Su trazo es menos académico, más descontrolado, "aunque en este sentido nosotras no encajaríamos tanto en estilos como el de Flavita Banana o Emma Clit", reconocen.

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