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Aborda una realidad peliaguda a través de una cuidadísima estética, viene envuelto en la más fina edición, con tapa dura y a todo color. Nos encontramos ante un cómic de extraordinario atractivo. 216 páginas que reúnen el trabajo de un año y medio en las que conviven línea clara, tonos intensos, gracia, detallismo, una trama compleja y diálogos bien brutos.

A medio camino entre el estilo cartoon de los cincuenta y tu peor pesadilla, estos vibrantes y estudiados colores primarios nos brindan la historia de Mike Dioguardi, basada en la vida del mafioso real Roy DeMeo, que se dedicó al blanqueo de dinero, el narcotráfico, la venta de coches robados y el asesinato profesional con tremenda eficacia. Sus dotes para el crimen le harán ascender y llegará a poseer el Gemini Lounge, local desde el que hará desaparecer multitud de cuerpos.

La prolífica y peculiar carrera de Magius, alias de Diego Corbalán, nacido en 1981, que toma su nombre de un monje miniaturista del siglo X, ha venido marcada por la autoedición, una visión muy personal de Murcia, su tierra natal, y cierta fijación por los fenómenos humanos que incluyen rituales oscuros. Y la mafia tiene mucho que ver con el enfoque ocultista que siempre le atrajo.

“Me gustan los rituales porque me interesan el ocultismo, la magia y la religión, y la mafia tiene mucho de eso, porque se comporta como una forma de masonería para delincuentes. Los adeptos a una secta mafiosa deben hacer un juramento a sus superiores para que haya un vínculo entre ellos que no les haga dudar en saber a qué pertenecen y con quién están. Todo este tipo de rituales son como una comunión y tienen un aspecto sangriento o de sacrificio, se muere en algo para renacer en otro algo. Es como que dejas de pertenecer a la familia en la que te has criado para pertenecer a otra distinta. Ya no debes fidelidad a tus padres o familiares, sino a los padrinos”.

La inmersión en este mundo oscuro y sumergido a través de la más intensa y pura cuatricomía funciona psicológicamente a un nivel semejante al de la célebre serie ‘Los Soprano’, de la que el autor es un gran seguidor, especialmente de los personajes más espeluznantes: “Mis personajes favoritos son los villanos, los mafiosos más malos, si es que se puede considerar bueno a Tony Soprano.” Lo singular es que, donde la excelente ‘Los Soprano’ flaquea, en la estética, las páginas de Magius brillan como ninguna otra obra sobre mafiosos ha brillado, lo que añade a la experiencia multitud de nuevos matices.

El contexto adquiere un papel vivo y esencial en la sensación envolvente que otorga la lectura de ‘El método Gemini’. Las calles de Nueva York a lo largo de décadas pasadas, sobre todo la de los setenta, son representadas con un virtuosismo muy personal que cabalga entre el género documental y el fantástico. El proceso de documentación para recrear el paisaje urbano, los coches o la moda propios de la época ha sido complejo y el autor ha tenido que beber de diversas fuentes.

“Desde hace tiempo tenía en mente hacer un cómic sobre mafiosos neoyorquinos, y principalmente ambientarlo en los años setenta porque las películas de Scorsese sobre mafia están ambientados en aquella época, y la idea era trasladar todo ese mundo al cómic. Sin tener ninguna historia a mano, descubrí la de Roy DeMeo, un gángster que se hizo muy famoso y útil para la mafia a finales de los setenta. DeMeo es un personaje bastante atractivo para el género negro, ya que se convirtió en uno de los mayores asesinos de Nueva York. No fue fácil documentarse sobre su vida, pero sobre todo no fue fácil ambientar el Nueva York de entonces, porque ni es una época que he vivido ni jamás he estado allí. Tuve que beber de muy diversas fuentes, desde películas como ‘Fiebre del sábado noche’ o ‘Taxi Driver’ a viejas revistas de moda, catálogos de Cadillacs y Lincolns o conocer la historia de Nueva York y la construcción de sus rascacielos”.

También en esta ocasión el murciano ha visto posibilidad de conectar la historia con características propias de su tierra de forma coherente, divertida y sutil. Algunos personajes emplean fresquísimas expresiones propias de Murcia y aparece el pan con higos, una combinación muy clásica de la región levantina: “No veo casi ningún punto de conexión entre Murcia y Nueva York,” puntualiza Magius, “salvo que Murcia empieza a ser ahora una ciudad multicultural, como tantas otras. Lo que sí veo en común es la cultura, la religión y la forma de ser de los viejos mafiosos neoyorquinos de origen siciliano y los viejos murcianos. Realmente veo conexiones entre Murcia y Sicilia, por ser lugares donde el caciquismo y el feudalismo (y la corrupción) aún imperan”.

También se da una conexión urbanística muy curiosa dentro del cómic, ya que aparece representada la Sevilla de finales del siglo XVI. El autor nos explica sus motivaciones: “Sí que vi conexión entre la Nueva York de finales del siglo XX y la Sevilla de finales del siglo XVI; Sevilla tenía en esa época su Empire State: la Giralda, y era una ciudad cuyo puerto era tan importante como lo ha sido luego el de Nueva York. También había en Sevilla mucha gente de muchos sitios, y un mundo criminal o hampa similar a la mafia, como se puede ver en el relato de Cervantes ‘Rinconete y Cortadillo’”.

Con influencias de autores clásicos del underground como Robert Crumb o Sheldon, ‘El método Gemini’ es un volumen vistoso y pesado que llama la atención desde el primer momento. En su particular diseño ha tenido mucho que ver la labor siempre atenta, valiente ingeniosa de la editorial, Autsaider Cómics.

“En un principio yo hice una portada en la que aparecía la banda de Roy DeMeo con un fondo de ladrillos detrás, pero al editor le pareció demasiado simple. Como a lo largo del cómic aparecen numerosas imágenes de los rascacielos de Nueva York, pues la ciudad es una de las grandes protagonistas de la historia, dispuse a los personajes en un escenario amplio donde apareciese algún elemento característico como el puente de Brooklyn".

"El editor pensó que una imagen que empezase en la portada y continuase en la contraportada podría ser bastante satisfactoria a la hora de introducir al lector, ya que esta es una historia de gángsteres en los bajos fondos y la cubierta del libro lo deja bien claro mostrando a los pandilleros y su jefe recibiendo a los jefes del hampa”. Lo cierto es que funciona perfectamente y el resultado es espectacular.

Pese a que se trata de una lectura tan disfrutona, Magius no cree que a Roy DeMeo, fallecido en 1983, le hubiera gustado.

“No parece un tipo que fuera por ahí leyendo tebeos. Supongo que le hubiese gustado no salir en ninguno, ni siquiera en una película, ya que los mafiosos normalmente no quieren publicidad, a no ser que seas John Gotti. La publicidad es mala para el negocio. Además, si hacen un cómic o una película sobre un mafioso, lo normal es que ese mafioso esté en el trullo o muerto, normalmente asesinado por sus propios compañeros.” Lo arriesgado de la propuesta no supone sino una razón de más para incluir el cómic en la lista de los más deseados de 2018.

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