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A principios de los años 70 (del siglo XX) el éxito de los cómics de Marvel hizo que Stan Lee y compañía se fijaran en la literatura y el cine para buscar nuevas ideas para sus cómics. Así surgieron colecciones como 2001, El planeta de los simios o los cómics de terror protagonizados por El hombre lobo, Frankenstein o Drácula. Uno de los casos más curioso fue el de Killraven (Panini/SD distribuciones) un cómic que planteaba una continuación de La guerra de los mundos, de H.G. Wells y que estaba protagonizado por un grupo de supervivientes que luchaban contra los marcianos, comandados por el héroe que daba título al cómic.

Aunque lo cierto es que la colección mezclaba elementos de la novela de Wells (como los famosos trípodes de los marcianos), con otros propios de autores como R.E.Howard (Conan era el éxito del momento) e incluso otras novelas del propio Wells (La isla del Dr. Moreau).

Así, al principio el protagonista solo era un musculoso luchador con una espada, aunque enseguida desarrollaría unos curiosos poderes.
Una serie creada por Roy Thomas, principal guionista de la época y el fantástico dibujante Neal Adams (Batman), aunque el gran artista apenas dibujó unas páginas, siendo sustituido por otros como Howard Chaykin, Herb Trimpe, Rick Buckler o Gene Colan. 

Sin embargo los que hicieron grande esta colección fueron el guionista Don McGregor (Pantera Negra) y el joven dibujante P.Craig Russell, que se iniciaba en el negocio y que no tardaría en convertirse en uno de los mayores artistas de la historia del cómic norteamericano.

Este tomo incluye todos los episodios de la serie de los años 70 y la novela gráfica que McGregor y Rusell publicarían en 1983 (Donde mueren los sueños), en la que el artista ya había alcanzado un nivel artístico alucinante. Además de estupendos extras, como es habitual en esta colección; como artículos de sus creadores, ilustraciones, páginas del guion original... 

La continuación de 'La Guerra de los Mundos'
Ya sabéis que, en la novela de Wells, los humanos fracasaban a la hora de detener a los marcianos que, curiosamente, acabarían siendo derrotados por los microbios, con lo que nuestra civilización acababa salvándose.

Pero en Killraven los marcianos regresan a la tierra, el 29 de junio de 2001, y esta vez traen la cartilla de vacunación al día, con lo que los humanos no pueden hacer nada frente a su superioridad tecnológica, siendo derrotados en un abrir y cerrar de ojos. 

Los marcianos procuraron matar al menor número posible de humanos porque los consideraban una delicia gastronómica para servir en banquetes especiales. Además, también usaban a los científicos para que investigaran para ellos y les obligaban a hacer experimentos con otros humanos. Como a los que convertían en cazadores, para acosar a los supervivientes.

Pero cuando la conquista parecía haberse completado, en 2018, un grupo de humanos liderado por Killraven, "Los hombres libres", promete liberar a la humanidad del yugo de los marcianos. Así comienza nuestra historia.

Un guionista que rompió moldes
Los primeros episodios de la colección presentaron un continuo baile de guionistas y dibujantes que se solucionó con la llegada de Don McGregor, un escritor famoso por su etapa en La Pantera Negra (en la que se basaba la película de Marvel de hace un par de años). Un cómic en el que todos los protagonistas eran negros (algo insólito para la época) y en el que se atrevió, incluso, a enfrentar al protagonista contra el Ku Klux Klan (lo que terminó en protestas del Klan y en el cierre de la colección). Os recomendamos la entrevista que nos concedió el año pasado en Heroes Comic Con Madrid.

Pero, como veis, Mcgregor era un guionista que se atrevía con todo. Y aquí también hizo historia. Primero busco una motivación para el personaje. Y como no podía vencer a los marcianos (se acabaría la serie), decidió que Killraven buscase a su hermano, que había sido hecho prisionero cuando los marcianos mataron a su madre. Y después añadiría un personaje femenino fuerte al grupo de los hombres libres, Carmilla Frost, una bióloga molecular que trabajaba para los marcianos y que desertaba para unirse a "Los hombres libres".

Pero el despegue definitivo de la colección fue con la llegada de P. Craig Russell, un joven dibujante muy influenciado por el art noveau, que consiguió dotar a esa tierra ocupada por los marcianos y a los protagonistas, de una imagen realmente espectacular (aunque todavía no era el gran artista en el que se convertiría en los años siguientes)
El primer beso interracial del comic book
Otro de los hitos de esta serie es que incluyó el primer beso de una pareja interracial del comic book comercial norteamericano. Algo que ahora nos puede parecer una tontería pero que en los 60, en plena lucha por la igualdad racial, fue todo un hito.

Los protagonistas fueron dos de los hombres libres de Killraven, la mencionada Carmilla y M'Shulla, un guerrero afroamericano que es el mejor amigo de Killraven.

De hecho, cuando McGregor se lo propuso a Stan Lee, este se asustó. Pero el guionista le convenció diciéndole que DC Comics (la distinguida competencia) estaba preparando una escena similar. Finalmente Lee accedió, pero a cambio de que la viñeta donde los personajes se besaban se colorease de un modo monocromático. 

Así que así se decidió. Pero cuando se publicó el cómic la viñeta no estaba coloreada con un solo color y se veía perfectamente a los dos protagonistas besándose. Afortunadamente al final no hubo grandes escándalos. Pero hicieron historia.

La metamorfosis de P. Craig Russell
En la serie de Killraven la evolución de P.Craig Russell hacia un dibujo cada vez más elegante y armonioso, con una marcada del Art Noveu, fue brutal. Hasta el punto de que otros guionistas se fijaron en él y lo reclamaron para colecciones más importantes de Marvel. Pero Russell se mantuvo fiel a McGregor. 

A pesar del talento de estos dos creadores, la colección cerró en 1976. Pero, en 1983, Marvel les propuso retomar la historia y McGregor decidió cerrar la trama que había sido el epicentro de la colección y Killraven finalmente encontraría a su hermano en la novela gráfica Donde mueren los sueños. Aunque ese encuentro no fue lo que Killraven esperaba. 

Una autentica obra de arte donde P. Cragig Russell da rienda suelta a su creatividad y a su imagineria visual, con páginas realmente hermosas, y llenas de alucinantes experimentos gráficos. Pero que nunca estorbaban a la narración. Una muestra de que el artista estaba ya entre los más grandes dibujantes del cómic norteamericano.

McGregor cuenta en la introducción de este tomo que tenía escrita un historia con la que finalizaría la trama y la serie. Y que se la propuso a Marvel en 1988. Pero querían imprimirla en el mejor formato que Marvel pudiese permitirse en esa época. Y eso echó a Marvel para atrás. Así que ese final, que el guionista califica de sorprendente sigue esperando a ser dibujado.

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