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 La imaginación de los niños no conoce límites y está abierta a todo tipo de nuevas experiencias. Eso lo sabe muy bien Juan Berrio (Valladolid, 1964) que vuelve a emocionarnos con la irresistible sencillez de sus historias y sus dibujos en El niño que (Nuevo Nueve), donde repasa algunos momentos de su niñez, que también es la de muchos de nosotoros. Un regreso a una época feliz que logra despertarnos todo tipo de sensaciones de nuestra niñez, incluso olores, sabores.... y que consigue que paremos un momento nuestras ajetreadas vidas y queramos volver a ser niños.

Berrio nos cuenta de dónde surgió la idea y por qué ese título tan curioso: "Parte de una idea antigua que se empieza a concretar cuando me piden que dé una charla para explicar mi trabajo, y yo, más que mostrar este, pretendo explicar cómo funciona mi cabeza ante el hecho creativo. De allí surge una pequeña historia que es el capítulo 2 del libro".

"En cuanto al título, yo, como Luis, el niño protagonista del libro, era un «niño que» no entendía los cuentos de hadas ni los mundos de fantasía, pero que era capaz de inventar entretenimiento sin fin a partir de elementos de lo cotidiano" -añade Berrio-.

Luis, un niño de seis años con una imaginación sin límites

El protagonista de la historia es Luis, un niño de seis años que vive pequeñas aventuras que tratan sobre la fantasía, la imaginación y el ingenio de los chavales de esa dedad. Preguntamos a Berrio si es un trabajo autobiográfico: "Justo lo que acabo de decir sobre mi relación con lo cotidiano es lo que tengo en común con Luis, esto y los lugares de mi infancia. El primer capítulo es un recuerdo de mi padre, en el que cuento cómo acompañarlo a comprar el periódico podía ser toda una aventura. El resto son historias inventadas".

Pero sí hay otras muchas cosas autobiográficas en el cómic: "La historia está ambientada en tres lugares de mi infancia: el barrio de Argüelles de Madrid, la ciudad de Huesca y el balneario de Panticosa. Situar en estos lugares tan míos estas historias setenteras ha sido como jugar en casa, aunque documentar el balneario de aquella época no resulta tan fácil, pues actualmente está muy transformado y muchos edificios ya no existen".

Juan Berrio también comparte una cosa con Luis, el protagonista del cómic: "Confieso que no era un buen lector. De pequeño no tenía facilidad para sumergirme en las historias de los libros, me resultaba más apasionante el vuelo de una mosca. Por lo que sea, no me concentraba o inventaba historias diferentes para los personajes que me presentaban. Pero los libros son importantes en El niño que porque ahora lo son, y mucho, en mi vida, y contienen todas esas historias, las que me llegan y las que no".

"La imaginación de los chavales es la protagonista del cómic"

Pero más que Luis, el verdadero protagonista del cómic es la imaginación de los niños. "Sí, sin duda la imaginación es la protagonista, un tipo de imaginación que yo trato de contraponer a la fantasía heredada -asegura Berrio-. Durante un tiempo viví con el complejo de no entender los mundos de fantasía, ahora afortunadamente lo veo como una peculiaridad mía. ¿Cómo dibujar esa imaginación? Yo he intentado hacerlo a través de las cosas que inventa mi personaje, no sé si lo he conseguido".

Pero... ¿se ha visto afectada esa imaginación de los niños con el exceso de aparatos móvles, películas, series...? "Me resulta difícil saber si ese exceso de estímulos es bueno o malo -confiesa Berrio-. No lo había pensado, pero ahora que me lo preguntas me da la impresión de que muchos de esos mundos propios surgen de las tardes largas de veranos infinitos, en horas al margen de los adultos, algo que reflejo en los últimos capítulos del libro. Tal vez ahora los niños, con tanto estímulo, carecen de la dosis de aburrimiento necesario".

Un dibujo que nos transporta a otra época

Parte de la magia del cómic es el dibujo, aparentemente sencillo, y los colores de Berrio, que nos transportan inmeditamente a otra época más feliz. "En el caso de El niño que no recuerdo el momento en que decidí el estilo, supongo que es un proceso sutil que se va conformando ente bocetos y bocetos en los primeros meses de trabajo. Lo que sí tenía claro es que, aunque el protagonista es un niño, no es un libro infantil".

"Quería que fuera un dibujo de línea -añade-, y tenía especial interés en que los personajes de los cuentos quedaran integrados, en que los lugares fueran reconocibles con los trazos justos, en que los cuadros que cito de pintores clásicos se identificaran pero estuvieran dibujados con mi estilo".

El color termina de completar esa calidez de los cómics de Berrio. "El trabajo del color es parecido al de Siete sitios sin ti, coincide que son también siete capítulos cada uno con su propio color. Quería hacer color directo por varias razones: una, por disponer de originales del libro; otra, para disfrutar del proceso manual y seguir aprendiendo; y la tercera, por salirme de la corriente de color digital, eficacísima y brillante, pero que uniforma un poco los cómics de ahora".

"Es un color de acuarela con dos tonos dominantes en cada capítulo -añade-. En algunos casos son combinaciones de color diferentes a las que me son habituales, que no terminan de armonizar bien, buscando un efecto que cree cierta extrañeza y remita a otra época. He usado una gama más completa para los elementos que surgen de la fantasía del niño protagonista, como en los dibujos que hace este o en los personajes de los cuentos que imagina".

En cuanto al futuro, Berrio nos avanza que: "Trabajo en un proyecto ambicioso y muy personal, un libro infantil de gran formato para la editorial Litera, con la que hice hace un par de años En construcción, que tantas alegrías nos ha dado. Después quiero recuperar a Tristán y Claudia, los protagonistas de mis historietas en La resistencia, Te quiero, Piso el barro… con los que me gustaría hacer un álbum".

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