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Decía Juan Villoro que el juego se vive dos veces, una en la cancha y otra en la mente del espectador. No contó el escritor con un tercer tiempo innegable, el que se produce cuando sale del terreno de juego y trasciende a lo social. Desde que naciera en Inglaterra a finales del siglo XIX, el fútbol ha estado presente en la vida de millones de personas y, en consecuencia, ha sido testigo de grandes conflictos internacionales. Unas veces viendo la historia con distancia, como cuando uno de los 'Niños de la Guerra', Lezama, se convirtió en leyenda de este deporte. Otras tantas con el balón de por medio, como el lavado de cara de la dictadura de Videla a través del Mundial o la conocida 'Guera del fútbol', entre Honduras y El Salvador.

De esta idea nace 'Victorias y Derrotas', un cómic que narra los grandes eventos de la Historia contemporánea a través de un deporte que ya pone de su parte con el lenguaje bélico: batalla, estandartes, colores, gritos de guerra, hinchada, disparo, cañonero, cañonazo, contragolpe... Hasta Orwell dijo que el fútbol era una guerra sin disparos.
Historia de lo cotidiano

Explicar dos guerras mundiales, dictaduras latinoamericanas o la Guerra Civil española en un instituto es tarea ardua cuando el público objetivo carece de interés. Para despertar esta curiosidad, Víctor puso en marcha un proyecto pionero en la clase de 1º de Bachillerato del Colegio La Merced y San Francisco Javier de Burgos.

¿Qué es lo que puede atraer al alumnado y cómo puede entender mejor la historia? A través de lo que conoce como cercano y cotidiano: el fútbol. Cuatro años después, sus clases se han transformado en un libro que recoge los grandes acontecimientos del Siglo XX de forma interactiva. "La Argentina de Videla es un claro ejemplo", explica a EL PERIÓDICO. "Vemos cómo una dictadura hace un lavado de cara a través del Mundial. El discurso inaugural del torneo no es deportivo, es político".

La tregua de Navidad, el batallón del fútbol en la I Guerra Mundial, el partido de la muerte en la II Guerra Mundial, la dictadura de Videla y el 'Bloody Sunday' de 1920 en Irlanda son algunos de los eventos destacados en este libro. Pero, según explican sus creadores, todo evento político o social tiene un tinte futbolístico.

La Guerra Civil española, por ejemplo, se narra a través del lehendakari Aguirre, que reclutó a los mejores jugadores vascos para hacer giras por Europa en las que conseguir dinero para la República. "Llegaron a jugar en la Plaza Roja de Moscú contra el Spartak o en México. Vemos cartas de los propios jugadores explicando cómo se han enterado del bombardeo de Guernica". O la historia de Lezama, un 'Niño de la Guerra' que mandaron en barco a Inglaterra, jugó en el Southampton, y volvió a España siendo uno de los mejores porteros de la historia.

En una de las imágenes icónicas del fútbol, Sócrates sitúa su mano en el corazón. En la cabeza, un mensaje: "El pueblo necesita justicia". La leyenda brasileña es protagonista del capítulo de la Democracia Corinthiana. "Es uno de los temas más bonitos dentro de las dictaduras sudamericanas", afirma Víctor. "Tiene componentes políticos, de liberación. Aquí es donde se ve el poder de este deporte, viendo cómo tres jugadores podían organizar una página de la historia de su país. Casagrande, Vladimir y el propio Sócrates ponían mensajes en sus camisetas pidiendo democracia con letras de Coca Cola, con sangre expresando explotación, dando ideas al pueblo para conseguir la libertad en su país".

Recuerda así mítines, conciertos o sesiones con filósofos para hablar de un país bajo la dictadura militar. "Sócrates incluso amenazó con irse del país si el pueblo no podía elegir presidente. Y lo hizo. Cumplió su promesa y se marchó a Italia".

El papel del alumnado ha sido esencial en el inicio del proyecto, por su participación activa y su complejidad. Primero, vemos el alumnado motivado que además disfruta del fútbol: "Les gusta la investigación y ver cosas que se salgan fuera de lo que está escrito". En segundo lugar, quien vive ajeno a este deporte, y aquí entra la sorpresa. "Por ejemplo llega alguien con la camiseta del Real Madrid y yo le digo 'anda, eres republicano'. Te mira un poco mal, con extrañeza. Y le dices 'hombre, llevas la franja de la República en el escudo'. Y se quedan alucinados". Y por último, el grupo más difícil, el que no desea saber nada de historia. "Ahí tienes que hacer introducir conceptos que tienen asumidos por escucharlos día a día, generarles una curiosidad".

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