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En América Latina se vive sobre escombros de fantasmas. En una quimérica mansión de próceres populistas se encuentran el rictus de cera de Bolívar con la calavera de Atahualpa, el Ché con los nueve impactos de bala de una choza en Bolivia junto al cuerpo primero momificado y luego vejado, trasladado de un lado a otro, de Evita, «esa mujer». Imposible avanzar con tanto peso del pasado.

Los argentinos, que, como decía Julián Marías, «tienen dos problemas para cada solución» y «dicen discursos como franceses, pero votan como senegaleses», son un pueblo sentimentalmente secuestrado por la leyenda de Evita. Desde su muerte la han mantenido con respiración asistida, o lo que es lo mismo, a base de peronismo y después, y ahora de nuevo, kirschnerismo. Distintas formas de engañar a la melancolía. «Volveré y seré millones», escribió Castiñeira sobre Evita. El mito del regreso de la Jefa Espiritual de la Nación sigue latente. También las profecías celtas auguran la vuelta del Rey Arturo, que reposa, solo reposa, en Avalon. ¿Cómo se puede entonces ofender a una leyenda? ¿Con qué derecho se puede tocar a Evita?

Para la legión de peronistas de Argentina, sencillamente «Evita no se toca». Y así se lo ha hecho saber, a través de pintadas en las presentaciones y amenazas en sus redes, un grupo autodenominado Nueva Resistencia Peronista (los CDR del ramo) al ilustrador Miguel Repiso, Rep. El humorista ha lanzado, con motivo del centenario del nacimiento de Eva Duarte, un libro ilustrado que no es precisamente condescendiente con la primera dama. En «Evita, nacida para molestar», la representa como una mujer codiciosa, amante de sus visones tanto o más que de su pueblo, endiosada y mesiánica.

«Con Evita no se jode», insiste el grupo perionista en un vídeo contra el libro de Rep. Durante medio siglo la memoria de la primera dama ha sido blindada. «Si hubo algún acercamiento del dibujo humorístico a Eva, es desconocidísimo. Ni las sátiras de la época de su esplendor, ni después, se metieron con ella desde el humor», señala Pedro Saborido en el prólogo del libro, según destaca el diario «Clarín». El periódico recoge, además, una de las pintadas contra Rep en la presentación del pasado jueves en Buenos Aires por parte de sus detractores: «Mazorca para el zurdo Rep». La amenaza es extremadamente localista para el lector español, pero ya pueden ustedes imaginarse qué tipo de tortura quieren para el ilustrador, por dónde esperan, en resumidas cuentas, que viaje esa mazorca.

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