Noticias
Artículos
Podcast
Los hilarantes detectives son los encargados de buscar por órdenes del Súper los dineros que han desaparecido de las arcas del Partido Papilar. Francisco Ibáñez (Barcelona, 1936) sigue devanándose de los sesos para alumbrar historias que gustan por igual a miembros de generaciones diferentes. En este caso ha recurrido como personaje a Bárcenas, aunque el extesorero no tiene un papel protagonista en este álbum, que hace el número 200 de la serie de Mortadelo y Filemón. Como zorro viejo que es, Ibáñez sabe que la actualidad tiene una vida efímera y pone fecha de caducidad a todo. Muchas veces su inspiración se nutre de las noticias de la prensa, un semillero inabarcable de disparates por los que no tiene que pagar derechos de autor. "Últimamente los políticos me hacen la competencia desleal", dice Ibáñez.
Pese a que muchos se empeñen en ver en sus lápices el estilete afilado de la sátira, él asegura que su objetivo es solo el de "hacer reír". Luego cada uno hace la lectura que quiere. "No quiero estar en ninguna academia ni en la RAE, en el que más risueño de sus miembros parece la momia de Lenin". El autor encuentra el mayor de los reconocimientos en las filas de admiradores de todas las edades que esperan cola para que el dibujante les firme sus tebeos. Y eso que a veces es una tarea agotadora.
El año pasado Ibáñez ya parodió la situación política con 'Tijeretazo', su particular y desternillante visión de los recortes, en la que los dos calvos más insignes de la historieta sumaban fuerzas para refrenar las alteraciones del orden públicos que pudieran protagonizar los alborotadores.