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Nacido en Telde (Gran Canaria) hace 40 años, Rayco Pulido alterna la docencia con su trabajo como dibujante de cómics. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, presenta un trabajo sobresaliente que se está convirtiendo en referencia del cómic español. Con cinco álbumes publicados entre los que ha participado como dibujante y como autor completo, entre ellos destaca el premiado «Lamia» (Astiberri, 2017) en dónde Pulido nos mostró su gran faceta como dibujante y narrador, creando un cómic al más puro estilo «noir» que transcurre en la Barcelona de la década de los años 40, mostrándo la dura posguerra sufrida por muchos de los habitantes de aquella época, representando la pobreza y los aspectos sociales y políticos de un momento histórico en el que las mujeres debían afrontar una lucha particular por su supervivencia y su autonomía dante una idea de sociedad represiva.

Recientemente la editorial Astiberri ha recuperado «Sordo», el trabajo que realizó hace diez años junto al guionista David Muñoz, con una nueva rotulación manual, nueva cubierta y extras, que relatan la historia por la supervivencia de un maquis en el norte de España en el año 1942.


¿Cuándo y cómo surge su interés por la ilustración? ¿Cómo fueron sus comienzos?

Antes de empezar hay que dejar claro que en ningún caso el cómic es ilustración, son disciplinas distintas. Yo soy autor de cómic y aunque presto atención a la ilustración, ese no es mi campo. Empecé como casi todos, dibujando mucho de pequeño e intentando contar mis propias historias de mayor. Creo que es un proceso natural, están los niños que se frustran porque quieren dibujar realista y no les sale y los que pasados los 7-8 años seguimos dibujando. Profesionalmente empiezo con el libro «Final feliz» (Edicions de Ponent, 2004) aunque previamente había escrito y dibujado un montón de historias cortas para concursos donde tuve desigual suerte. 


¿Qué significa para usted dibujar?

Es una parte de mi trabajo, creo que ni siquiera es la más importante. No soy un dibujante natural ni compulsivo, pero tampoco entendería mi existencia sin el dibujo.

¿Qué requisitos considera necesarios para ser un buen autor de cómic?


Tener una historia que contar, conocer los mecanismos necesarios para hacerla interesante y tener un dibujo comprensible. Si te sabes hacer entender y eres autocrítico tienes buena parte del camino andado.

¿Qué no soporta ver en una ilustración o en un cómic?

Que no se entienda, que sea pretenciosa, que esté diseñada para encajarla dentro del tema de moda o de cara a premios, que no cuiden la rotulación, que esté llena de atajos (autor perezoso) y que los trucos están mal diseñados y se noten.

¿Tiene ilustradores de referencia que puedan llegar a inspirarle? ¿Quiénes son?


He leído de todo, desde Manga, superhéroes, BD, tiras clásicas, material alternativo... la lista sería innumerable, por citar un par de cada: Tezuka-Tatsumi, Kirby-Ditko, Goscinny-Crepax, C.Gould-E.Bushmiller, C.Brown-los hermanos Hernández.


¿Cómo definiría el cómic?

Es un medio de comunicación híbrido que alterna imagen y texto y que formalmente tiene que ver más con diseño gráfico que con el resto de disciplinas artísticas. Tiene la cualidad específica de que representamos tiempo con espacio, de ahí que la condensación y las elipsis sean elementos importantes. Yo tiendo a darle más importancia a lo visual que al texto, pero cada autor pone el acento en puntos distintos.

¿Por qué la narrativa del cómic es atractiva para usted?


Porque me permite contar historias, que al final es lo que me interesa.

Le concedieron el Premio Nacional de Cómic 2017, por la obra «Lamia» (Astiberri, 2016), por «su capacidad de innovación formal y estética, que aprovecha el andamiaje de una historia de género negro para relatar una parte de nuestro pasado, y por su tratamiento del papel de la mujer en dicho periodo». ¿Qué ha supuesto para usted dibujar y escribir «Lamia», y por tanto recibir este premio?

Pues el Premio se ha traducido en más ventas, más viajes y encargos de entidades que antes no sabían ni que existía o que lo sabían pero que me obviaban. Por lo demás, no ha supuesto un cambio en mi trabajo o en mi manera de enfrentarme a él, al final ganar un premio tiene un porcentaje alto de suerte (que coincida un jurado al que le guste tu trabajo), así tampoco hay que perder esa referencia.
«Lamia» lo concibió de forma artesanal con tinta china, plumilla, escuadra y cartabón. El arte digital y la aplicación de nuevas tecnologías tienen cada vez más importancia en el gremio. 


¿Se está perdiendo la ejecución artesanal?

En cuanto al color, desde luego, respecto al dibujo hay de todo. Cada vez hay más publicaciones y más gente que decide hacer tebeos, así que todos los porcentajes crecen.

¿Existe una mayor implicación personal al ser también dibujante y guionista? ¿Cuánto tiempo le llevó escribir y dibujar esta obra, y por qué el blanco y negro?


La implicación profesional es la misma, haces el trabajo lo mejor posible dentro de tus posibilidades. Pero claro, cuando cuentas tu historia la conexión es distinta de cuando trabajas sobre un guión o un texto ajeno. «Lamia» me llevó unos tres años realizarla desde la idea original, pero estuve centrado en ella durante dos. La hice en blanco y negro porque el tipo de historia que cuento no podía imaginarla de otra manera.

Al realizar un proyecto ¿trabaja en muchos bocetos hasta que llega a la idea final? ¿Qué hace luego con esos primeros trazos? ¿Los tira? ¿Los conserva?


Sí, genero un montón de papel mientras escribo la historia, pero sobre todo mientras la depuro y busco la manera más eficiente de contarla. Guardo bastante material, el que considero clave, pero tiro a la papelera el 70% del papel que gasto.

La posición de guionista y la posición de dibujante, son dos posiciones contrapuestas que en el cómic se complementan, uno emplea la palabra y el otro la imagen ¿Cómo se llega al equilibrio entre estas dos figuras necesarias a la hora de emprender una nueva obra?

Es una cuestión de educación, inteligencia, respeto por las ideas y capacidad del otro, sentido común y control del ego, algo complicado en la gente que nos dedicamos a un oficio creativo.


¿La elipsis lo es todo en el cómic?

Es una parte del trabajo que le dejamos al lector y es lo más delicado de manejar. En la lectura del gutter (la «calle» que es lo que se denomina en el cómic el espacio vacío entre viñetas) está la gran parte de la magia de este medio, pero no lo es todo.

Obras como «Nela», «Lamia» y «Sordo» -ésta última es un trabajo que realizó junto a David Muñoz y ahora reedita Astiberri 10 años después de la primera edición-, se basan en un contexto histórico y literario determinado.


 ¿Por qué su interés por contar acontecimientos del pasado?

Pues no lo sé, nunca lo había pensado. Tengo también «Final feliz» y «Sin título.2008-2011» que transcurren en el momento en el que los hacía, así que hablar del pasado no es una constante en mi trabajo, o al menos no lo considero así.

«Sordo» se ha actualizado con distintos extras, además se va a realizar una versión cinematográfica dirigida por Alfonso Cortés-Cavanillas, con Hugo Silva, Aitor Luna, Asier Etxeandia e Imanol Arias en su reparto.


 ¿El éxito definitivo de un cómic es su adaptación al cine? Háblenos del proyecto.

Ni de broma, el éxito definitivo de un cómic es contar de la manera más eficiente posible una historia. Lo demás son carambolas que hacen los proyectos una vez que los entregas al público.

Sé poco sobre el proyecto aparte de lo que has mencionado en la pregunta. David y yo no quisimos inmiscuirnos en la producción, la película será la criatura de su director, guionista y productor. Nosotros sólo vendimos los derechos sobre la historia y ellos se han inspirado en ella para hacer la suya.

¿Qué consejo daría a los jóvenes que quieren convertirse en ilustradores profesionales?

Este es un oficio duro, dentro del ámbito creativo no conozco ninguno que sea más exigente. No se puede ser vago ni conformista y es una carrera de fondo. Sólo unos pocos pueden vivir de esto y casi todos lo hacen fuera de España, así que es buena idea estudiar idiomas y tener un plan alternativo. Buena suerte.

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