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Desde unos años tras la posguerra hasta el inicio de la década de los 60, València fue -junto a Barcelona-, la capital nacional de cómic. Editorial Valenciana por un lado, y Maga por otro, demostraron que la región podía posicionarse como una referencia en todo el Estado. Aquella es la única época en la que se puede hablar de industria del cómic, pero durante todo este tiempo, el talento ha permanecido. Hablar de la relevancia del sector en la Comunitat es ya una perogrullada: solo en 2019 cuatro autores y autoras valencianas han recogido un Premio Nacional de Cómic y otro de Ilustración, y la influencia estas disciplinas forman parte -sin duda- de la carta de presentación de València Capital Mundial del Disseny 2022.

Con todo esto, la intención de unos años a esta parte, tanto desde el sector privado como desde las instituciones culturales, ha sido la de poner en valor la ilustración (en el sentido más amplio del término) como un bien cultural estratégico. Así lo demuestran la entrada del cómic en el discurso museístico del IVAM, la creación de los premios València (organizados por la Institució Alfons el Magnànim y la Diputación de Valencia), la creación de la cátedra y el aula de cómic en la Universitat de València... El objetivo es claro: ya tenemos a los autores, ahora solo falta la industria. Y es que, tal y como ha recordado Mac Diego en la presentación del Inventario del Tebeo Valenciano 2018-2019, "aunque València tiene a muchísimos autores de cómic, Barcelona acaba editando una aplastante mayoría de cómic en nuestro país, seguido de Madrid y la Comunitat siempre está en séptimo u octavo lugar".

Ya pensando en el objeto de la presentación de ayer, la Generalitat ha editado el Inventario del Tebeo Valenciano 2018-2019, un almanaque que recoge las fichas individuales de cada autor, autora, iniciativa e institución que ha trabajado en o por el cómic valenciano durante estos dos años. Son 132 nombres propios que sirven como un catálogo no solo representativo, sino funcional, en tanto en cuanto sus fichas también sirven para conocer parte de su trabajo y ponerse en contacto directamente. El trabajo de recolección ha sido coordinado por Álvaro Pons, con la ayuda de Mac Diego, Eduardo Guillén y la colaboración de la Associació de Editors del País Valencià y otros organismo e iniciativas que han aportado información y nombres al catálogo. De paso Pedro Porcel, Cristina Chumillas, Óscar Gual y el propio Pons se encarga de contextualizar, en cuatro artículos, el minuto y resultado del cómic en la Comunitat.

Este inventario nace para ser distribuido en el Festival Internacional del Cómic de Angoulême, que se celebra este fin de semana. Se trata de la feria más importante del mundo del noveno arte, tanto a nivel de novedades como a nivel industrial. Una parte muy importante de las ventas internacionales de autores españoles tendrán su origen en Angoulême, y la Comunitat Valenciana quiere poner toda la carne en el asador.

Y es que, por primera vez en su historia, la Comunitat participa con un 'stand' propio para promocionar a editoriales valencianas que publican cómics y autores ilustradores valencianos. Un "hito", en palabras de Àfrica Ramírez, presidenta de la Associació d’Editors del País Valencià, que estuvo ayer presente entre el público de la rueda de prensa de ayer, y que no pudo evitar el entusiasmo del sector con la iniciativa.

Algunas de los autoras que representarán al cómic valenciano serán Ana Penyas, Cristina Durán, Miguel Angel Giner, Nuria Tamarit o José Fonollosa, que el día 30 de enero realizan una presentación colectiva en el Festival que lleva por título El cómic valencià. También estarán presentes ocho editoriales valencianas: Fandogamia, Grafito, Babylon, Anillo de Sirio, Desfiladero, Andana, Aleta Edicions y El Nadir.

Si la semana pasada, este diario recogía el esfuerzo de la Generalitat por posicionar los festivales en FITUR, Angoulême se deviene como una fecha imprescindible para el sector del libro ilustrado valenciano. Este puede ser un nuevo punto de partida para volver a sincronizar el talento con la industria. Que no solo se cree (y se crea) desde la Comunitat, sino que además se edite, se distribuya, y se crea un tejido empresarial que sea capaz se sostener más la creación. Lo que tan obvio suena en otras disciplinas, aún no se ha alcanzado en el cómic.

Y este que quedan algunas tareas pendientes: el protagonismo de las mujeres en la ilustración no se ha trasladado al mundo del cómic, y la precariedad con la que vive el sector en la Comunitat sigue siendo motivo de reivindicación (más aún en la tierra de tantos premios nacionales y reconocidos autores), algo que aún toca más fondo si nos referimos al cómic en valenciano En este sentido, el camino está empezado: "la Comunitat siempre ha sido una tierra donde el cómic ha sido relevante, tanto dentro como a nivel nacional", recordaba Álvaro Pons, llegando a pormenorizar los grandes éxitos por décadas. "No queremos ser más ni menos que los otros géneros del libro, queremos estar en igualdad de condiciones", decía también, tras una pregunta a la Directora General de Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana Carmen Amoraga sobre si era conveniente crear una línea específica de ayudas al cómic.

Sea como fuere, tras unos años en los que la creación ha desbordado todas las expectativas, ahora el cómic valenciano quiere corregirse para tomar el control de los otros oficios del libro y el cómic. Ya ocurrió en el pasado, la semilla está plantada, Tenderete, los salones de cómic, las editoriales... Todo está allí, solo hace falta germinar. Tal vez el stand propio en Angoulême sea el principio de algo.

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