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Está a un tiro de piedra del recinto del Cómic Barcelona, que abre sus puertas este viernes hasta el domingo. Subiendo por la avenida de Maria Cristina y cruzando la Font Màgica se alza el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), este año, de nuevo, una extensión del salón. En una de sus salas, hasta el 21 de abril, navegará uno de los marineros más famosos de la historieta, Corto Maltés, el aventurero creado por Hugo Pratt en 1967. Lo hará de la mano de sus nuevos autores, el guionista Juan Díaz Canales (‘Blacksad’, premio Nacional 2014) y el dibujante Rubén Pellejero (‘Dieter Lumpen’), que en el 2015 asumieron con éxito el reto de seguir dando vida al personaje, con ‘Bajo el sol de medianoche’ y 'Equatoria' (Norma).

Codeándose con las obras del románico o con las piezas de la muestra temporal de Antoni Miralda que inaugurará este viernes el MNAC, el propio Pellejero enseñaba ya este jueves, más de 20 de sus originales de Corto Maltés, por primera vez expuestos en la ciudad, junto a un despliegue de imperdibles bocetos y dibujos previos y de guiones preparatorios.

El cómic es un arte y debemos promover su entidad cultural”, opina Meritxell Puig, directora del Cómic Barcelona. Por ello desde la organización, Ficomic, trabajan para hacer realidad otras citas con la historieta más allá de los días del salón. De ahí un acuerdo con el MNAC, con quien ya han cerrado otra exposición para junio, la que celebrará los 40 años de ‘El Víbora’, icono del ‘underground’, y, desvela Puig, con quien están cocinando una tercera muestra de la que guarda, por ahora, los detalles.

“Estamos hablando o vamos a hacerlo también con el Macba, CaixaForum, el Arts Santa Mònica, con la red de bibliotecas públicas... porque queremos que Barcelona respire cómic a lo largo de todo el año y queremos ayudar a organizar cosas que tengan que ver con él, a hacer que el cómic crezca. El cómic debe estar vivo”, añade con un ojo puesto en Madrid, donde lugares como el museo Abc, el Prado, el Reina Sofía o el Círculo de Bellas Artes vienen normalizando y acercando el mundo de la historieta al ciudadano desde espacios culturales, o en València, con la importante labor del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) y donde Álvaro Pons dirige la primera cátedra universitaria de cómic.

En Catalunya, tras 13 años, sigue abandonado el proyecto del museo del cómic en el que la Generalitat siempre se ha escudado en la falta de presupuesto para no seguir adelante con él, mientras el edificio que debía albergarlo en Badalona, la antigua fábrica CACI, sigue cerrado y el gobierno municipal busca inversores para mantenerlo en condiciones. Ante la falta de implicación de las administraciones, que precisamentge denunciaba hace pocos días Sergio Escobar, nieto del dibujante Josep Escobar, creador de Zipi y Zape y Carpanta, la iniciativa privada se mueve. Este año abrirá un museo del cómic en Sant Cugat, impulsado por Paco Baena y José Luis Villanueva, que además del edificio aportan sus propias colecciones.
Espónsors privados

También Puig se plantea recurrir a espónsors privados para materializar la tercera exposición prevista con el MNAC. El presupuesto del Cómic Barcelona de este año es de poco más de un millón de euros y las subvenciones públicas (de Generalitat, Ayuntamiento de Barcelona, Ministerio de Cultura, Institut Ramon Llull y Acción Cultural Española), detalla, solo representan el 10%, cuando habían llegado al 15%.

“Teniendo en cuenta que Barcelona tiene una gran cantera de autores, editoriales muy importantes y que es historia del cómic, y que es una ciudad con tantos visitantes de fuera, hay que buscar fórmulas para posicionar el cómic español a nivel internacional”, opina la directora del salón.

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