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La mezcla de superhéroes y la Guerra Civil española ha dado excelentes resultados en cómics como 1937: La toma de Málaga o 1937: Objetivo Madrid. Incluso Lobezno participó en la contienda en Lobezno en la guerra Civil española. Pero Phylax: El incidente Martinhebrón (Panini), de Gol (Miguel Gómez Andrea) y Pedro Camello, va un paso más allá porque también ambienta la historia en la posguerra y añade un cóctel explosivo de personajes, desde la CIA y la KGB hasta la mismísima Carmen Polo.

Gol resume así el argumento: “La acción transcurre en el Madrid de la posguerra, en los años 50 del siglo pasado en la España gobernada por el general Franco. Dos hermanos gemelos: un obispo y un coronel, deciden reactivar un viejo proyecto de su padre, el doctor Mondragón, que quiso ponerse en marcha durante la guerra civil. Se trataba de crear un batallón de supersoldados que combatiesen en el bando franquista, pero la experiencia acabó trágicamente en Martínhebrón”.

“El único superviviente del batallón experimental, el sargento Fernando Jara, decide impedir que el proyecto se ponga de nuevo en marcha por el bien de la Humanidad –añade el guionista-. Para ello cuenta con la inestimable ayuda de su hermana Juli, una mujer poco agraciada físicamente pero con un cerebro privilegiado, inteligente hasta la genialidad. Ambos tendrán que enfrentarse a la iglesia, el ejército y también a la CIA y a la KGB, interesadas en la fórmula del fallecido doctor Mondragón”.

“Una novela gráfica de casi trescientas páginas sobre el horror de la guerra y la desmedida ambición humana. Una intensa trama de espías, aventuras y personajes malvados y entrañables. Todo ello contado con un divertido toque de comedia y de costumbrismo ibérico” –concluye el guionista-.

El dibujante Pedro Camello confiesa que lo que más le atrajo del proyecto fue: “Sin duda los personajes y el tono de la historia. Se trata de un cómic de superhéroes al viejo estilo, con cierto aire pulp y contado con acento español, en el que se incluyen todos los clichés del género pero que no está tratado ni contado como un cómic de superhéroes”.

“En Phylax –añade el dibujante- las relaciones entre los personajes son lo que hacen evolucionar la historia y muchas veces son más importantes que las escenas de acción. Pongo de ejemplo la escena en la que “los buenos” están reunidos en su base secreta, trazando sus planes para el asalto final y hacen un alto para comerse sus empanadillas de bonito, sus altramuces y su vino de San Martín de Valdeiglesias, estos detalles tan ibéricos le dan a mi parecer mucha personalidad al cómic, aunque a lo mejor lo hacen invendible fuera de nuestras fronteras”.

Un homenaje a las novelas pulp

Como comentábamos, este no es el primer cómic ambientado en la guerra Civil. “La idea inicial de la historia es de Pedro Camello –confiesa Gol-. Yo me subí al barco invitado por él. Pedro pretendía hacer una historia homenaje a las novelas pulp de los años treinta y cuarenta, y en cierta medida eso es Phylax. Fui yo el que le propuso que la acción transcurriese en España, harto como estoy de ese tipo de historias en el marco norteamericano”.

“La acción principal transcurre en los cincuenta y la guerra civil es el escenario del flash back –añade Gol-. No contamos ningún hecho real de la guerra, no era nuestra intención. Pedro quería hacer un cómic de acción para disfrutar dibujando las coreografías y el movimiento, algo en lo que es un auténtico maestro”.

Pedro Camello confirma esa voluntad de crear un cómic de acción: “Este cómic no me lo plantee inicialmente como un reto, sino como un ejercicio de desahogo, el objetivo era divertirme dibujando lo que más me gusta, movimiento y acción, sin presiones ni complicaciones, y el personaje sólo iba a ser una excusa para ello, pero cuando me llegó el guión me quedó claro que la historia iba a ser muy exigente, por su extensión, por la diversidad de situaciones diferentes, por los personajes, por la cantidad de diálogos… En fin, sí acabó siendo un reto, pero un reto que he disfrutado mucho dibujando”.

“Yo fui añadiendo carne al esqueleto -interrumpe el guionista-. Por mi trabajo como dramaturgo me gusta escribir personajes sólidos que resulten veraces. Hay un buen plantel de ellos en el cómic: hombres y mujeres. También me interesaba tratar como la ambición humana puede perder totalmente el norte y con tal de conseguir sus objetivos es capaz de las acciones más crueles”.

“Al querer Pedro ambientar la acción en los años cincuenta para recordar el universo pulp, y exigir yo que la acción transcurriese en España vino dado el flash back a la guerra civil. Esta había ocurrido hacía menos de veinte años y su resultado condicionaba totalmente la vida en España” –concluye Gol-.

“Fernando Jara puede recordar a Steve Rogers”

Preguntamos a Gol si se han inspirado en el supersoldado más famoso de los cómics, el Capitán América: “Cuando tocas el tema de los superhéroes es inevitable estar influenciado por el microcosmos superheróico yanqui. Fernando Jara puede recordar remotamente a Steve Rogers por su condición de héroe con habilidades físicas sobrehumanas, pero ahí acaba la semejanza”.

“El sargento Jara –añade- es un cabrero que nació en un pueblo de Extremadura. Un hombre simple engañado por un sacerdote perverso que ve en su hercúlea naturaleza y en la sencillez de su espíritu el vehículo perfecto para inocularle sus ideas supremacistas y utilizarlo a conveniencia”.

“La guerra es violencia y los superhéroes se mueven bien en ella –comenta Gol-. De hecho ese es su modus operandi y prácticamente la razón de su existencia. Pero Fernando Jara no quiere ser un superhéroe, él actúa guiado por un código ético y una vez acabada la acción solo quiere volver a la tranquilidad y al anonimato”.

Carmen Polo es la villana del cómic

Una de las cosas más sorprendentes del cómic es que, en vez de usar a Francisco Franco como villano, ese papel se lo reservan a su esposa, Carmen Polo. “Lo fácil habría sido utilizar a Franco y es sabido que la señora tenía una enorme influencia sobre su marido. Me pareció interesante y divertido utilizarla en el papel de supervillana” –asegura Gol-.

Una villana que cuenta con el poder de la iglesia de la época. “La Iglesia juega un papel decisivo en la historia de España y más aún en la guerra civil y en su posterior resultado –asegura Gol-. No se suele enfatizar la importancia de la Iglesia en la vida política y social española, mucho más allá del mero fenómeno religioso. La Iglesia es un poder fáctico, político y económico en España y su alianza con Franco fue un factor decisivo para que ganasen la guerra civil. La figura del obispo Mondragón interviniendo en asuntos políticos e incluso militares es un reflejo de la influencia real de la Iglesia en la vida española”.

Preguntamos a Pedro Camello cómo ha sido dibujar a esa malvada Carmen: “El estilo general del cómic es muy cartoon por lo que al representar a personas históricas era necesario que no parecieran retratos parlantes y que se integraran bien en el estilo general sin desentonar del resto de personajes, para ello había que estilizarlos mucho simplificando sus rasgos sin que perdieran parecido, no sé si lo logré pero al menos me aseguré de que “La Collares” llevase siempre un buen collar de perlas puesto”.

“Por otra parte –añade el dibujante- también me tenía que asegurar de que se pareciesen al aspecto general que estas personas tenían en los años 50 y no al de décadas posteriores por el que son tal vez más recordados hoy, así que había que someter a la abundante muestra de imágenes de Google a un buen cribado temporal”.

En cuanto a los otros villanos del cómic, Pedro nos comenta que: “Los malos en este cómic son muchos, yo diría que todos son un poco malos menos el personaje titular, que no deja de ser un prototipo, un estereotipo y un boceto de personaje, pero si te refieres a los malos oficiales esos son los hermanos Mondragón, un coronel del ejército y un obispo, gemelos y herederos de la fórmula de la amortalidad, que en su caso rima con amoralidad, que desarrolló su padre”.

“Es curioso que preguntes por ellos porque su aspecto estuvo en duda hasta bien avanzado el cómic –afirma-. De hecho fue preciso rehacer un buen montón de páginas porque el rostro, que era el mismo para los dos pues son gemelos, inicial no nos terminaba de convencer, así que hubo que redibujar cabezas e insertarlas posteriormente en las páginas ya acabadas, nadie sabrá nunca cuales son y ni yo mismo me acuerdo bien, pero en un inicio tenían un aspecto totalmente distinto, el de ahora está lejanamente inspirado en los rasgos faciales de Jose Antonio Primo de Rivera”.

Dibujando ‘Phylax’

Aunque sea una historia de ficción, los autores han tratado con mucho cuidado la documentación, destacando los dibujos de Pedro. “Tenemos la inmensa fortuna de contar con internet –confiesa el dibujante-, lo cual facilita muchísimo las cosas, antes de iniciar un proyecto como este hago una búsqueda y recolección de elementos visuales que voy guardando en carpetas por temática, además recurro a todas las fuentes que caen en mis manos, películas, otros cómics, revistas de la época, libros, etc… el proceso de documentación lógico, supongo, para todo el que quiere ambientar una historia con un mínimo de coherencia y verosimilitud”.

“En cuanto a mi estilo –añade-, en este cómic hice un proceso de simplificación con respecto a trabajos anteriores como Cruz Negra, me he contenido menos a la hora de disimular mi estilo natural, orientado hacia el cartoon, y además he trabajado con grises en forma de trama mecánica para las secuencias ambientadas en los años cincuenta y el blanco y negro puro para las de los años treinta, por lo que en este segundo caso se pueden apreciar más detalles e incluso fondos más trabajados para suplir la falta del gris a la hora de ambientar los espacios. Ha sido muy divertido jugar con estas sutiles diferencias”.

Pedro también nos comenta los autores que han influido en su trabajo: “Creo que prácticamente cada autor que me gusta me influye de una u otra manera, de todas formas Phylax es un cómic tributo a un género, un estilo, y a una forma de entender los cómics de entretenimiento en general que ya no existe y no esconde su condición. He aprovechado las 264 de esta historia para ajustar mis deudas con muchos autores que me encantaban cuando leía tebeos en mi infancia y a algunos más actuales y estas páginas están llenas de homenajes, reconocidos incluso por escrito, a autores como Will Eisner, Sal Buscema, Carlos Giménez, Darwyn Cooke, Bruce Timm, Escobar, Jan, Uderzo, Alex Toth, John Romita JR, Bernet… La lista es infinita y muy ecléctica, como han sido mis lecturas desde la infancia”.


Enlace articulo original: http://www.rtve.es/noticias/20200110/phylax-superheroes-guerra-civil-posguerra/1994727.shtml

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