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Desde los años 60, los autores de cómic, acostumbrados a una existencia creativa en soledad y a vivir de un negocio al que le queda grande esta palabra, han buscado asociarse a fin de crear vías alternativas para la difusión de sus trabajos y el intercambio entre colegas. Primero, a través de revistas nacidas al calor del underground, fundadas por dibujantes e historietistas de todo el mundo; más adelante, mediante colectivos editoriales que buscaban desmarcarse de los sellos tradicionales. El cómic no puede entenderse sin estas mutaciones y sin su casi connatural capacidad de adaptación.Dentro de Europa, Francia, la gran potencia en el continente, fue la pionera en la creación de este tipo de grupos y publicaciones, con ejemplos como L'Association. Iniciativas que, sin embargo, empezaron con el tiempo a atomizarse en distintos países. Posteriormente, con el declive de las revistas dedicadas a los tebeos, la creación alternativa se vio en la obligación de reconvertirse y reaparecer con otra forma en el siglo XXI.

Sobre el resultado de ese renacimiento versa la exposición que, desde este jueves y hasta el 29 de enero, se podrá ver en el espacio Centro Centro de Madrid. Comisariada por César Sánchez y Alberto García Marcos, los editores de Fulgencio Pimentel, Animal Collective repasa a través de 350 piezas entre originales, serigrafías, pósters, publicaciones y vídeos el trabajo de 26 colectivos de 13 nacionalidades. "Ha sido muy complejo abarcar tanta producción, no hemos querido ser estrictos con los límites de un colectivo sino centrarnos el hecho de que a menudo las mejores ideas que se producen en el cómic provienen de los autores y de las diversas vías de exhibición y difusión que promueven para sus trabajos". Según Sánchez, en los últimos 10 años estos grupos han vivido una eclosión. "Los autores trabajan con la vieja máxima del underground de tener que sacarse las castañas del fuego. Hoy, si alguien va al Angulema, puede prescindir de pasar por las carpas donde están los grandes editores pero no puede perderse es el off festival, donde se exponen estas iniciativas y donde manda la autoedición, el fanzine...", explica Sánchez. Por su parte, García Marcos, impulsor del GRAF, fundador del portal Entrecómics y de la editorial surgida de esta publicación, apunta a que la presente época dorada -por vanguardia, imaginación y número de proyectos- tiene también relación con el mercado: "La desaparición de la revistas ha dinamitado estas iniciativas y fomentado la participación en ferias alternativas por parte de unos autores que trabajan de manera multidisciplinar, abarcando música, ilustración, vídeo...".

Como comentan los comisarios, estos puentes creados por los colectivos trascienden la creación transmedia para erigir, también a nivel internacional, canales de intercambio geográfico y generacional. En la muestra se pueden ver, entre otros, trabajos de ku!, la primera -y única- editorial de cómics de Letonia; Stripburger, la única revista de cómics eslovena; Actus Tragicus, el colectivo israelí más influyente en su país; Dongery, el colectivo de autores de cómic más importante de Noruega; o Kutikuti, la cuna del cómic contemporáneo finlandés. Asimismo se exhiben obras seleccionadas de grupos que han seguido la senda de los fanzines, con ejemplos internacionales como Spring (Hamburgo), formado íntegramente por mujeres, y casos españoles como Cero Eficacia (Cáceres), Zángano Cómix (Barcelona) y Polen (Valencia).La exposición, en torno a la cual se celebrarán distintas actividades, incluye también una representación de colectivos que funcionan como pequeñas editoriales que dan cabida a autores con perfiles similares, tanto fuera de nuestras fronteras -con ejemplos como FRMK (Bruselas), Landfill (Londres), Lagon (Busissard/París), Misma (Toulouse), APA APA (Barcelona), Fosfatina (Vigo) e Inefable Tebeos (Valencia). El público también podrá asomarse a agrupaciones vinculadas a festivales de música, ilustración y autoedición. Así, Crack! (Roma), el festival Novo Doba (Belgrado) -cuyo principal objetivo la difusión del trabajo de autores balcánicos-,Tenderete (Valencia), Gutter Fest (Barcelona), Liceo Mutante (Pontevedra) y No tengo mamá (Vigo). Por último, Animal Collective exhibe también el trabajo de colectivos que trabajan sólo en el medio digital, como los madrileños Tik Tok y el activo Ultrarradio.

"Nunca dejan el cómic"Poco se les ha quedado en el tintero a los comisarios, quienes, preguntados por la existencia de una serie de códigos estilísticos y narrativos comunes entre los participantes más allá de la mutación y la libertad como norma, resuelven que lo que más se observa en los últimos tiempos que los creadores han trascendido el marco de las viñetas para adentrarse en la exploración y la fusión con otras artes. "Lo curioso es que aun indagando en nuevos formatos y contenidos y aun haciéndolo muy bien, nunca dejan el cómic, porque es el medio de creación más natural e intuitivo. Hay músicos y cantantes en la exposición, por ejemplo, pero todos siguen dibujando. Y eso que hablamos de un arte que no procura ni prestigio social ni dinero y que resulta muy laborioso". En el caso nacional, los editores y comisarios sostienen que España siempre ha sido un país de dibujantes pero, hoy, además, es también el territorio donde se dan cita apuestas de muy diversa índole, cuajadas de visceralidad e ideadas por autores muy jóvenes. "En general hablamos de gente que trabaja por amor al arte y con ediciones limitadas de publicaciones que, en cambio, a los pocos meses, hay gente matando por conseguirlas. El nivel y las ganas de probar son muy altos en general. La exposición tiene material como para perder todo el tiempo que el público desee, sea experto en cómic o no. Es un bellezón de muestra".

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